En la carrera mundial por los medicamentos GLP-1, China se está convirtiendo rápidamente en un actor dominante. El 3 de julio, un hospital público de Pekín empezó a recetar el primer medicamento GLP-1 desarrollado en China, la mazdutide.
Medicamentos contra la obesidad en China
Desde su aprobación por la FDA, los agonistas del receptor de GLP-1, como la semaglutida y la tirzetida, han transformado drásticamente el panorama de los tratamientos de la diabetes y la obesidad.
En concreto, estos medicamentos imitan la hormona natural GLP-1 que regula el apetito y la insulina. Por ello, han mostrado resultados notables en ensayos clínicos y éxito comercial.
En particular, el aumento mundial de la demanda ha desencadenado una feroz carrera entre las empresas farmacéuticas. Aunque los gigantes occidentales dominan ahora el mercado, China está acortando rápidamente distancias. Como la patente de la semaglutida expirará en China a principios de 2026, se abre una ventana crucial para los competidores locales.
Mazdutide obtiene la aprobación de China
Innovent Biologics ha recibido recientemente la aprobación de la mazdutida, el primer agonista dual de los receptores GLP-1/glucagón desarrollado en China para el control del peso. Poco después de la aprobación, el Hospital Popular de la Universidad de Pekín emitió la primera receta.
«Los fabricantes chinos no tienen limitaciones en la capacidad de producción», declaró a Yicai Global una persona del sector en una entrevista.
Mientras tanto, otra fuente que participó en el lanzamiento de Mazdutide habló del enorme potencial de los medicamentos para adelgazar en China.
«Dado que los medicamentos para adelgazar están muy orientados al consumidor, los puntos fuertes de las empresas chinas en marketing basado en Internet deberían impulsar las ventas», afirmó.
En concreto, la mazdutida ofrece un mecanismo de acción dual. A diferencia de los fármacos de acción única, activa tanto los receptores de GLP-1 como los de glucagón para potenciar la quema de grasas y la tasa metabólica.
China, semillero de juicios
Varias empresas biotecnológicas chinas se encuentran en la fase final del desarrollo de terapias con GLP-1. Por ejemplo, Innogen Pharmaceuticals espera completar los ensayos de fase III de efsubaglutida alfa en 2026. Los primeros resultados muestran que los pacientes perdieron un 7% de peso corporal en sólo cuatro semanas.
Mientras tanto, Sciwind Biosciences publicó sólidos datos de fase III sobre su candidato, la ecnoglutida. Los pacientes en dosis altas perdieron hasta un 13,2% de peso corporal tras 48 semanas de tratamiento.
Además, los agonistas duales de los receptores de amilina y calcitonina, como las combinaciones de cagrilintida/semaglutida (CagriSema), han finalizado sus ensayos de fase III en China.
En general, estos fármacos de nueva generación prometen una eficacia aún mayor, especialmente para los pacientes con obesidad grave.
Tensiones y oportunidades del mercado
El mercado chino es competitivo pero sensible a los costes, y muchos hospitales públicos buscan alternativas asequibles pero eficaces a los medicamentos importados. Como resultado, los expertos esperan que los actores nacionales rebajen los precios de las multinacionales después de 2026.
Y lo que es más importante, hay mucho en juego. Según la Comisión Nacional de Salud de China, prevén que más de 540 millones de adultos chinos tendrán sobrepeso en 2030.
En este contexto, la accesibilidad de los precios resulta esencial para la salud pública.
De cara al futuro
La iniciativa China Sana 2030 aboga por reducir las tasas de obesidad y aumentar el acceso al tratamiento de las enfermedades crónicas. En consecuencia, el aumento de los fármacos GLP-1 de producción nacional apoya esta visión.
Aun así, los datos de seguridad a largo plazo y los resultados en el mundo real serán clave para su adopción en el mercado. A pesar de la impresionante eficacia a corto plazo, los efectos secundarios como las náuseas y los riesgos para la vesícula biliar siguen siendo preocupantes.
Sin embargo, el despliegue nacional de fármacos y la sólida cartera de proyectos de China señalan un punto de inflexión. El país está pasando de ser un seguidor a un competidor en el tratamiento mundial de la obesidad.
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